Que dice la justicia que nadie fue culpable del desastre del Prestige, que eso de obligar a un barco partido por la mitad a ir hacia el medio del océano donde arrecia la tormenta es la medida lógica, y que la brutalidad de marea de chapapote posterior pues no tiene importancia, que es lógica e inevitable.
Pues nada.
Que conste que yo lo tenía muy claro, quienes tomaron las decisiones son ahora gente todavía más importante que entonces, porque casi todos fueron ascendidos por su trabajo "bien hecho". Y a la gente importante la justicia no la toca jamás. Ni por el Prestige, ni por el accidente del Alvia (desinputados todos los cargos de ADIF y RENFE, el único que cargará con el muerto será el maquinista, del mismo modo que el único que podía cargar con el muerto del Prestige era el capitán, si hubiesen tenido un resquicio para poder condenarlo), ni por el accidente del metro de Valencia (también toda la culpa fue del conductor, pero este tuvo el buen gusto de morirse y así no poder pelear por su inocencia)
Incluso la infanta, que oiga, que dice hacienda y la fiscalía que firmaba facturas de forma inconsciente. Y estaba en el consejo de administración de forme inconsciente. Y gastaba de la tarjeta cargada con dinero corrupto de forma inconsciente. Y se arrendaba cosas a sí misma de forma inconsciente...
La gente importante tiene una justicia diferente de las del pueblo llano. Espero que un día podamos hacer esa segunda transición, y que no sea del todo pacífica y a muchos de esos los enchironemos de por vida, o directamente los fusilemos, o los enviemos a ver si el Prestige sigue soltando hilillos de plastilina sin traje de buzo. Son demasiados robos, demasiada buena vida a nuestra cuenta, demasiadas humillaciones, demasiadas palizas de sus perros, demasiados muertos y mutilados también, demasiados arruinados por sus estafas, demasiada desesperación por la pobreza a la que nos arrastran sus políticas, demasiadas lágrimas, para simplemente dejar corre el asunto.
Este es el post final de este blog.
Un final tan negro como el chapapote que destruyó nuestras playas.
Enviado por akin a las 14:23 | 50 Comentarios | Enlace
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