Hoy en día el desastre del Prestige está envuelto en la refriega y la polvareda política en la que unos quieren sacar rentabilidad de la catástrofe y otros se defienden como pueden, a veces atacando. Esta es la situación actual. La que nos está haciendo perder la visión de quienes son los verdaderos culpables de este asunto, esos de los que se ha dejado de hablar. Para recordarlo os envío la siguiente información que igual os sorprende:
El Prestige es propiedad de una sociedad con sede en Liberia, Mare Internacional y para limitar su responsabilidad posee (o poseía) un solo barco, el Prestige. Este barco estaba asegurado por un total de 22 millones de euros cifra de risa. Las leyes de Liberia no permiten llegar con seguridad a la identidad del accionariado de Mare pero según fuentes vinculadas al transporte marítimo, se habla de la familia griega Coulouthros.
El "Prestige" estaba registrado por la Autoridad Marítima de Bahamas, una entidad semi-autónoma con sede en Londres -no en las Bahamas- que en su propaganda ofrece su bandera -de conveniencia- a "los propietarios de barcos de cualquier nacionalidad" y facilita servicios libres de impuestos a los usuarios.
El petróleo del Prestige pertenece a una sociedad de comercio llamada Crown Resources. Crown Resources fue registrada en Gibraltar en 1996. Según el sitio Internet de la sociedad, las oficinas de Gibraltar siguen suministrando un apoyo logístico a la sociedad y se supone que controlaban la navegación del Prestige en dirección a Singapur.
En 1997, la sociedad abrió sus más importantes oficinas en 33, Cavendish Square WI, Londres. En julio 2000, la sede se mudó a Zug, Suiza. Uno de los administradores de Crown es un ex-ministro de gobierno de Gibraltar Joe Moss (fue ministro en Gibraltar entre 1988 y 1996), cinco más son británicos. El gobierno británico niega toda responsabilidad de Gibraltar en el accidente.
La misma Crown Resources es propiedad del conglomerado Alfa Group Consortium, cuyos intereses van del petróleo, comercio, agroindustria, telecomunicaciones y medios de comunicación. El Presidente es el cofundador del grupo, Mikhail Fridman. El otro cofundador es Pyotr Aven, ex ministro de asuntos exteriores. ¿Interesante verdad?
La revista Forbes evalúa la fortuna del señor Fridman en 2,2 mil millones de U$S. Es uno de los nuevos " oligarcas " del capitalismo ruso, nacido del privatización de los haberes del Estado Soviético y con fuertes conexiones con la mafia rusa.
Estos son los actores del drama: Armadores Griegos con chatarras flotantes, países corruptos y sin ley (Liberia, Bahamas), paraísos fiscales o cuevas de piratas (Gibraltar) y magnates rusos mafiosos.
Si realmente queremos que esto no vuelva a pasar, no malgastemos tanto tiempo en atacar a Aznar, Rajoy o los técnicos que tuvieron que tomar decisiones que nadie quisiera. No desenfoquemos. Vayamos a por los verdaderos culpables que son los que nos plantaron esa chatarra cargado de mierda en frente de nuestra costa. Vayamos a por los que únicamente ponen su mirada en el dinero aunque sea contaminando el mundo. Vayamos contra los paraísos fiscales. Exijamos de la Unión Europea que tome decisiones drásticas en la materia. Necesitamos legislación que prohíba todas estas prácticas. Necesitamos inspecciones que hagan cumplir la ley. Hay que ponérselo difícil a los criminales y delincuentes. Todo lo demás es bla, bla, bla y no sirve para nada.
Ese es el reto real. Si queremos podemos perder el tiempo buscando las responsabilidades locales (que también), hablando y criticando al gobierno. Pero si no vamos a la causa del mal... volverá a pasar. Habrá otro gobierno al que criticar pero volverá a pasar. Denunciemos y exijamos de nuestros políticos que legislen y que hagan cumplir la ley. Hagamos como hizo ya EE.UU. después del desastre del Exxon Valdez prohibamos que se acerquen a nuestras costas barcos con casco sencillo. Estas son las medidas que serán realmente efectivas, lo demás bla, bla, bla y reyertas políticas barriobajeras que ponen de manifiesto lo fácil que es perder el rumbo. Los responsables reales de todo esto se deben estar descojonando viendo lo fácil que les está siendo que no se hable de ellos porque nuestra mayor preocupación está siendo si Rajoy se ha afeitado bien o no. A veces somos ridículos. O quizás tontos.
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